viernes, 19 de febrero de 2010

Placentero despertar

La observaba dormir,en silencio, intentaba no perturbar sus sueños.
Recorría cada tramo de su piel con su mirada, con su mirada la acariciaba y la hacía suya otra vez...
Sostenía la mirada sobre sus labios y entonces le robaba un beso y otro beso más, los pliegues de su espalda, piernas y brazos también con su boca los recorrió.

Ella se volvía de espaldas y le daba oportunidad para continuar con el beso de su piel, era como si ella estuviera enterada de todo, como si lo estuviera disfrutando también, su rostro tenía un gesto de plenitud, una ligera sonrisa se asomaba entre sus labios mientras su piel tomaba color.

Entonces con sus ojos le hacía el amor nuevamente, poniendo besos en su cuello, en su espalda, en sus nalgas, en sus piernas, sus corvas hasta llegar a los dedos de los pies, su mirada lo decía todo, estaba pendiente de sus movimientos, acomodando caricias simplemente con sus ojos que la hacían suya.

No había más ruido que el de su respiración, de pronto agitada, a veces en calma. El sueño de ella se volvió más inquieto, su respiración cambiaba de matiz, se movía con más frecuencia y su rostro, estaba lleno de placer.

No quitaba la mirada de encima y la besaba por cada parte de su piel, de los pies a la cabeza, del cuello a la cintura y un poco más abajo y ahí puso toda su atención, en besar con la mirada su intimidad...

Ella se despertó en un grito de satisfacción de placer, abrió sus ojos y la miro, la tomo por el cuello y la beso...

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