Es un espacio para que el alma grite, cante, sueñe, simplemente se deje ser...
lunes, 22 de septiembre de 2014
Como si nada
Y tú estás así como si nada
Parece que el viento no despeina tu cabello
Arriba bien el cuello
y tu mirada indiferente
y ya no puedo
y te lo expreso
en una lágrima
un suspiro
y te grito
Es que no puedo creer
cuando otra vez estaba por volar
Volviéndome a enamorar
Aceptando simplemente lo que eres
sin ponerte, sin quitarte
con todas tus imperfecciones
Me entregas un final
que corta
que lástima
Invadiéndome como un veneno
que se esparce por mis venas
Y te odio
Y te amo
Es una constante
de amar y odiar
... te miro y tu como si nada
Parece que el viento no despeina tu cabello
arriba bien el cuello
y tu mirada indiferente
y ya no puedo
y te lo grito
con una lágrima,
un suspiro y mi sollozo
Sólo te levantas
y te vas
y me quedo... sola.
Amándote
Odiandote
Actos suicidas del corazón
Porque aún duele, encuentro la música más azul
que me lleve a tocar el dolor
despiadado, triste, cínico, se apodera de mi piel
y me descubro hurgando en nuestro pasado
las muchas fotos, las pocas cartas,
los infinitos momentos.
Tus besos y mis besos
ya muertos cansados
perdidos...
¿donde quedaron regados?
Jamás los volví a encontrar
mi piel quedo desnuda
sin ti...
Sólo vacío, un eco ensordecedor
que me llena, me vacía,
me arranca lo poco que queda
... no hay más a que aferrarme.
Me ausento de mi,
me suelto, nada es eterno
mi vida sigue girando,
tu amor, mi amor,
a algún lado se fue volando,
me he cansado de seguirlo buscando.
Quiero gritar que te odio
mi piel te odia, mi carne te odia,
y en el fondo, luego del dolor,
encuentro el amor que lleva tu nombre.
Me sacudo de ti, de tu ser, de lo que fue y no
de lo que es y se acabó,
de tu silencio, de la apatía
con que me miras,
de lo vacía que hoy es tu mirada.
Doy un paso y encuentro tu huella
huyendo en sentido contrario
esperando que no te alcance... la verdad.
Duele, hiere, mi cuerpo
grita, mis manos golpean
el espejo donde te miro a través de mi,
pedazos que caen...
porque aún no hay en mí, la fuerza
el valor para odiarte más que a mi,
para amarme más de lo que te amo a ti.
Nada es eterno
ni el odio,
ni el amor,
ni la dicha,
ni el miedo.
Abrazo la soledad, me quedo en el vacío,
En el silencio, me entrego, me pierdo,
para reencontrarme y renacer.
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