La pared en aquél salón tomó vida...
La veía tan blanca, sin color, tan aburrida...
Imaginó que le hacía el amor
Así comenzó y sin ser artista y acariciando aquel trozo de construcción...
Su cuello delicado, frágil, sensible a sus labios...
Sus hombros siempre dispuestos a un beso, sus brazos delgados,torneados, sus manos y dedos suaves, tersos listos para regalar una caricia...
Su espalda erguida, fuerte y exquisita en sus formas... Bajaba definiendo la curva de su cintura, la abrazo por atrás luego de besarle pincel a pincel cada trozo de su piel...
Continuo con sus piernas sus muslos, les daba forma, los recorría una y otra vez en su intento por parecer lo más real y los atrapaba y los hacía suyos hasta llegar a los pies...
Luego, nuevamente subió el pincel, trazo delicadamente el contorno de su rostro, poniendo un beso y otro más mientras pintaba sus rasgos, acarició su mentón, sus labios rosas, sus ojos castaños siempre pícaros, siempre coquetos, siempre mirando hacía adentro. Su cabello largo y acomodado como de lado...
Quedó su dibujo permanente tal y como lo tenía en la mente...
Dejó de ser la pared y se convirtió en ella.
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